MITOS O LEYENDAS
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Mitología KOGUI
Serankua, el hombre Sol
Serankua era un hombrecito feo y mal hecho al que un día le preguntaron: ¿Tú quieres ser como el padre del mundo? Y él encantado dijo que sí. Entonces procedieron a vestirlo de puro oro colocándole hasta mochila de oro y gorro de oro. Al terminar de vestirlo lo soplaron haciendo que se levantara de inmediato hacia el cielo y cuando estaba allí, se acabó la noche
La madre universal, única poseedora del arte de hilar y tejer, clavó su inmenso huso en la tierra recién creada, en el centro de la Sierra Nevada , atravesando así su pico más alto y dijo que era el poste central del mundo. Así mismo, la tierra y el cosmos se conciben como un telar atravesado por un huso perpendicular
Todos los indígenas kogui tienen un silbato de caracol así como tienen su propia vida. Si alguien llegara a robarle el silbato de caracol a un hombre, ocasionaría su muerte
El universo
El mundo tiene forma de un huevo muy grande, con la punta hacia arriba. Dentro de ese huevo están las nueve tierras que son como platos muy grandes redondos, cada uno puesto sobre el otro. Nosotros vivimos en la tierra del medio. A ella siguen hacia arriba otras cuatro; son tierras buenas y se llaman tierras del sol. Hacia abajo se encuentran las otras cuatro tierras que son malas. Este gran universo es muy pesado; está puesto sobre dos largas vigas sostenidas por cuatro hombres, dos en el oeste y dos en el este
El hombre animal
En un principio no había diferencia entre hombres y animales. Durante el ritual, con sus máscaras y atuendos, los hombres podían retornar a ese tiempo, transformándose así en animales y adquiriendo también sus poderes de hombre-murciélago, hombre-jaguar, hombre-ave, que señalan el origen mítico de los diversos grupos sociales
El murciélago nació de una relación incestuosa entre Mulkuéxe, antes de ser enviado al cielo como sol, y su hijo Enduksáma, convertido en mujer por Sintana. El murciélago desde entonces es el símbolo del sol negro, sol subterráneo o de las tinieblas
Mitología IJKA
El poder de las aves
Un día aves con forma humana, trajeron las semillas de las plantas que la sociedad necesitaba para vivir. El colibrí trajo la coca, el águila la yuca, el garrapatero los árboles y las flores y el guacamayo el primer maíz.
La casa del diablo (Cienaga)
Cuenta la leyenda que Manuel Varela era delgado, moreno y de rasgos indígenas; llegó a Ciénaga a mediados de 1908 desde el Atlántico, cuando Ciénaga era el epicentro del desarrollo del Magdalena, pues era sede de la multinacional United Fruit Company, dueña de las bananeras en al región.
Los habitantes de esa época no se explicaban como ese misterioso forastero lograba acumular tanta riqueza en tan poco tiempo, llegando a ser sus tierras tan extensas que tuvieron línea férrea, algo nunca visto en esos días. “La leyenda sobre su pacto con el diablo comienza cuando logra construir una mansión de la noche a la mañana, tener tranvía propio para sacar su producción y además mandar sus hijos a estudiar a Europa” cuenta el historiador y escritor Guillermo Henríquez.
A las tierras de Varela llegaron a trabajar hombres de toda la región. El problema comenzó cuando en 1916 fue encontrado el cadáver de una niña de 13 años en una de las fincas, aumentando el rumor de que Varela le entregaba almas al diablo para mantener su riqueza. También se habla de las apariciones de almas en pena que vagaban por sus tierras.
Cuentan también que una señora que fue a la casa de Varela, donde su hijo tenía un consultorio médico, vio accidentalmente por una ventana a un niño negro en un triciclo y fumando tabaco. Al abrir la boca, el niñito mostró sus dientes de oro logrando asustar a la mujer, quien salió corriendo con su bebé, que murió a los pocos días.
Cierto o no, Varela siguió prosperando y logró expandir sus propiedades, de las cuales años más tarde regaló una parte para la construcción del Instituto Nacional San Juan de Córdoba, el colegio más importante y grande de los alrededores de Ciénaga...y se dice que, como cosa extraña, cada año muere un bachiller.
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